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Los escapularios también son amuletos religiosos escoge tu favorito



Las instancias oficiales de la Iglesia Católica son reacias al uso de objetos como amuletos o talismanes. Sin embargo, dentro de los parámetros de la religiosidad popular, existen ciertos elementos que podrían considerarse bajo estos términos. Ciertos objetos sancionados por las autoridades eclesiásticas han sido empleados por los devotos como simples amuletos o protectores que los ponen más cerca del mundo de las supersticiones que del de la religiosidad. Es el caso de los escapularios.

Definición: qué es un escapulario

María Antonia Herradón Figueroa en “El escapulario: insignia de devoción mariana” ( 2001) nos recuerda que el escapulario en principio era una prenda de uso común entre los religiosos. Con el paso del tiempo, su uso se extendió a la población civil, a la vez que su tamaño se fue reduciendo hasta estar compuesto de dos pequeñas telas.

De esta manera, podemos distinguir dos tipos. El primero, el mayor, de uso religioso. Una prenda con una abertura central por la que pasar la cabeza. Y el escapulario pequeño, dos pequeñas telas adornadas con figuras de tipo religioso o inscripciones unidas por cordones y que cuelgan sobre el pecho y la espalda.

El origen de los escapularios

El primer escapulario sancionado por la Iglesia es el de la Virgen del Carmen. Su origen se remonta al siglo XIII. Como relata Arnold Omar Jiménez Ramírez, San Simon Stock, Superior General de la Orden Carmelita, solicitó la intervención divina de la Virgen para la salvación de su Orden, que en esos momentos atravesaba serias dificultades. La respuesta llegó en forma de aparición de la Virgen y la entrega del escapulario, así como la promesa de indulgencia para quien lo llevara.

Los laicos no pueden portar hábitos religiosos. Sin embargo, aquéllos que quieren asociarse a una determinada Orden pueden llevar el escapulario. Su uso implica una promesa de salvación, así como otra serie de prerrogativas como el privilegio sabatino.

El escapulario de la Virgen del Carmen, medallas y otros tipos

El escapulario de la Virgen del Carmen es el más difundido. Como describe Herradón Figueroa, tiene que ser de tela marrón y de forma rectangular o cuadrada. Con el paso del tiempo, la pieza adquirió mayor complejidad decorativa. En 1910 el Papa San Pío X permitió la sustitución del escapulario por una medalla: por una de sus caras debe llevar el Sagrado Corazón y por otra una imagen de la Virgen
La Iglesia Católica ha sancionado el uso de hasta dieciocho escapularios diferentes. En muchos casos, su uso no se ha extendido tanto ni han llegado a disfrutar de tanta devoción como el de la Virgen del Carmen. Muchos de estos se asocian a determinadas órdenes religiosas. Sin embargo, otros sí ha tenido más éxito en base a las promesas que se obtienen mediante su aplicación. Este sería, por ejemplo, el caso del escapulario verde o del Inmaculado Corazón, empleado con los enfermos.
Significado del escapulario y su imposición

El escapulario tiene una serie de características que lo diferencian de los amuletos. En primer lugar, el escapulario es un sacramental. Esto quiere decir que es un objeto aceptado por la Iglesia con el fin de acompañar al devoto y ayudarle en su camino de fe de acuerdo a los principios religiosos. Pero no implica que otorgue gracias automáticamente como los sacramentos.

Pero la Iglesia no duda en recordar que el simple uso del escapulario no implica la concesión de las promesas ofrecidas. El creyente que decida usar el escapulario deberá observar otra serie de imposiciones que aseguren la efectividad del objeto en cuestión. Por otro lado, es necesario que el escapulario sea impuesto por un sacerdote de acuerdo a un determinado ritual.

Visión antropológica: el escapulario como amuleto religioso

A pesar de la insistencia de la Iglesia, el uso que se ha hecho del escapulario ha suscitado diversas polémicas. Durante la Guerra Civil española era habitual el uso de escapularios, junto con relicarios o detentes, para dar protección a los soldados que los portaban. En definitiva, se le daba un uso similar al de otros amuletos. Como afirman muchos etnógrafos, estaríamos ante un tipo especial de amuleto, ya que tiene una finalidad protectora, o un talismán, ya que su efectividad depende de una imposición ritual determinada.

Por otra parte, su origen podría vincularse con determinadas dificultades económicas de las órdenes religiosas que los patrocinaban. Es el caso del de la Orden Carmelitana, como puede desprenderse de la historia de San Simón Stock a la que nos hemos referido. De esta manera, el escapulario significaría cuantiosos ingresos a las órdenes.

El escapulario prácticamente ha desaparecido en nuestros días, sustuido en algún caso por el uso de medallas. Sin embargo, su estudio reviste un especial interés para comprender un importante aspecto de la religiosidad popular.

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