En
un frasco pequeño, que pueda ser llevado cómodamente consigo, se
introducirán tres pelos de cabra, junto con un mechón de cabellos de la
persona amada, a lo que habrán de añadirse nueve gotas de esencia de
verbena, tapándolo bien.
Empezar un viernes al amanecer y llevarla con uno a partir del mediodía de ese mismo viernes, y por un total de una semana.
Todas las mañanas habrá de visualizar al amado, incitándole para que le ame, sugiriéndole:
“Ámame”.
“Ámame”.
Al séptimo día se imaginará que el amado accede definitivamente al envite del amante, y visualizará su deseo hecho ya realidad.
Por
último, esconder en lugar seguro el amuleto, teniendo la seguridad de
que, mientras no lo pierda, el ser querido se verá irrevocablemente
obligado a amarle.
Tenga cuidado, también, de que nadie lo abra, puesto que el trabajo dejaría de ejercer su influencia.
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