Es un amuleto de origen islámico, ya que Fátima, la hija de Mahoma, está considerada por las comunidades musulmanas un dechado de todas las cualidades a las que puede aspirar una mujer.
Por eso, si se viaja a algún país como, por ejemplo, Turquía, no estará de más llevarse un Ojo de Fátima. En un bolsillo, colgado en el cuello o en algún lugar preferente de la casa, protege contra las enfermedades y atrae la buena suerte.
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